Dedicado a Álvaro Cunhal por Pablo Neruda

Discussion in 'Portuguese' started by Ayesha, Jan 28, 2005.

  1. Ayesha

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    Cuando tú desembarcas en Lisboa,

    cielo celeste y rosa rosa,

    estuco blanco y oro,

    pétalos de ladrillo,

    las casas,

    las puertas,

    los techos,

    las ventanas,

    salpicadas del oro limonero,

    del azul ultramar de los navíos.

    Cuando tú desembarcas

    no conoces,

    no sabes que detrás de las ventanas

    escuchan,

    rondan

    carceleros de luto,

    retóricos, correctos,

    arreando presos a las islas,

    condenando al silencio,



    pululando

    como escuadras de sombras

    bajo ventanas verdes,

    entre montes azules,

    la policía

    bajo las otoñales cornucopias

    buscando portugueses,

    rascando el suelo,

    destinando los hombres a la sombra.


    II
    La Cítara
    Olvidada
    Oh Portugal hermoso

    cesta de fruta y flores,

    emerges

    en la orilla plateada del océano,

    en la espuma de Europa,

    con la cítara de oro

    que te dejó Camoens,

    cantando con dulzura,

    esparciendo en las bocas del Atlántico

    tu tempestuoso olor de vinerías,

    de azahares marinos,

    tu luminosa luna entrecortada

    por nubes y tormentas.

    III
    Los presidios
    Pero,

    portugués de la calle,

    entre nosotros,

    nadie nos escucha,

    sabes

    dónde

    está Álvaro Cunhal?

    Reconoces la ausencia

    del valiente

    Militão?

    Muchacha portuguesa,

    pasas como bailando

    por las calles

    rosadas de Lisboa,

    pero,

    sabes dónde cayó Bento Gonçalves,

    el portugués más puro,

    el honor de tu mar e de tu arena?

    Sabes

    que existe

    una isla,

    la isla de la Sal,

    y Tarrafal en ella

    vierte sombra?

    Sí, lo sabes, muchacha,


    muchacho, sí, lo sabes.

    En silencio

    la palabra

    anda con lentitud pero recorre

    no sólo el Portugal, sino la tierra.

    Sí, sabemos,

    en remotos países,

    que hace treinta años

    una lápida

    espesa como tumba o como túnica

    de clerical murciélago,

    ahoga, Portugal, tu triste trino,

    salpica tu dulzura

    con gotas de martirio

    y mantiene sus cúpulas de sombra.



    IV
    El Mar
    Y Los Jazmines
    De tu mano pequeña en otra hora

    salieron criaturas

    desgranadas

    en el asombro de la geografia.

    Así volvió Camoens

    a dejarte una rama de jazmines

    que siguió floreciendo.

    La inteligencia ardió como una viña

    de transparentes uvas

    en tu raza.

    Guerra Junqueiro entre las olas

    dejó caer su trueno

    de libertad bravía

    que transportó el océano en su canto,

    y otros multiplicaron

    tu esplendor de rosales y racimos

    como si de tu territorio estrecho

    salieran grandes manos

    derramando semillas

    para toda la tierra.

    Sin embargo,

    el tiempo te ha enterrado.

    El polvo clerical

    acumulado en Coimbra

    cayó en tu rostro

    de naranja oceánica

    y cubrió el esplendor de tu cintura.

    V
    La Lámpara
    Marina
    Portugal, vuelve al mar, a tus navíos,

    Portugal, vuelve al hombre, al marinero,

    vuelve a la tierra tuya, a tu fragancia,

    a tu razón libre en el viento,

    de nuevo

    a la luz matutina

    del clavel y la espuma.

    Muéstranos tu tesoro,

    tus hombres, tus mujeres.

    No escondas más tu rostro

    de embarcación valiente

    puesta en las avanzadas de Océano.

    Portugal, navegante,

    descubridor de islas,

    inventor de pimientas,

    descubre el nuevo hombre,

    las islas asombradas,

    descubre el archipélago en el tiempo.

    La súbita

    aparición

    del pan

    sobre la mesa,

    la aurora,

    tú, descúbrela,

    descubridor de auroras.

    Cómo es esto?

    Cómo puedes negarte

    al ciclo de la luz tú que mostraste

    caminos a los ciegos?

    Tú, dulce y férreo y viejo,

    angosto y ancho padre

    del horizonte, cómo

    puedes cerrar la puerta

    a los nuevos racimos

    y al viento con estrellas del Oriente?

    Proa de Europa, busca

    en la corriente

    las olas ancestrales,

    la marítima barba

    de Camoens.

    Rompe

    las telaranãs

    que cubren tu fragrante arboladura,

    y entonces

    a nosotros los hijos de tus hijos,


    aquellos para quienes

    descubriste la arena

    hasta entonces oscura

    de la geografía deslumbrante,

    muéstranos que tú puedes

    atravesar de nuevo

    el nuevo mar oscuro

    y descubrir al hombre que ha nacido

    en las islas más grandes de la tierra.

    Navega, Portugal, la hora

    llégó, levanta

    tu estatura de proa

    y entre las islas y los hombres vuelve

    a ser camino.

    En esta edad agrega

    tu luz, vuelve a ser lámpara:

    aprenderás de nuevo a ser estrella.
     
  2. migle

    migle Senior Member

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    wow, no conocía esta oda a Portugal de Neruda, es preciosa, gracias Catinha ;)

    Y este fragmento me ha encantado:

    Sin embargo,

    el tiempo te ha enterrado.

    El polvo clerical

    acumulado en Coimbra

    cayó en tu rostro

    de naranja oceánica

    y cubrió el esplendor de tu cintura.

    :O que bonito...
     

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